¿QUÉ ES LA LEISHMANIOSIS?
Es una enfermedad zoonótica (puede transmitirse a humanos). En la actualidad, aún hay muchas personas que piensan que se transmite por contacto directo con el animal infectado, pero no es más que un
mito. Para su contagio es necesaria la actuación de un transmisor: el flebotomo, una especie de mosquito, más pequeño y con aspecto peludo. Este adquiere
el parásito al picar a un perro infectado y lo transmite a otros mamíferos.
Una vez el perro es infectado por el parásito, este vive y se reproduce las células y sangre del animal, llegando a los órganos vitales y comprometiendo su función. La gravedad de la enfermedad varía según su estado de salud y su sistema inmunológico.
ES UNA ENFERMEDAD CRÓNICA, por lo que deberemos tratarlo de por vida y mantener a raya al parásito para que nuestro compañero de cuatro patas tenga la calidad de vida que se merece.
¿DÓNDE HABITA EL FLEBOTOMO?
Es frecuente encontrarlo en zonas de climas cálidos (15-30ºC), por eso Andalucía es zona endémica, es decir, la presencia de este insecto es frecuente en nuestra Comunidad Autónoma todo el año.
Con el paso del tiempo y el avance del cambio climático, su presencia se ha ido extendiendo a lo largo de la península e incluso a zonas del norte de Europa.
El flebotomo se refugia durante las horas de sol en zonas húmedas y protegidas. Su máxima actividad se da al atardecer y durante la noche. Aunque es más frecuente que piquen en exterior, también pueden hacerlo dentro de casa.
¿CUÁLES SON SUS SÍNTOMAS?
Algunos de los síntomas más llamativos son:
Sin embargo, otros síntomas que no se ven a simple vista son la afectación de órganos, sobre todo de los riñones, pero también médula ósea, bazo e higado. Esto puede provocar hemorragias nasales, patologías renales, agrandamiento del hígado y el bazo, etc., pudiendo producir la muerte del animal.
TRATAMIENTO
El tratamiento de la Leishmaniosis canina es farmacológico:
Es muy importante cuando tenemos un perrito infectado realizar seguimientos analíticos para asegurarnos que el parásito no está causando daños a nivel orgánico y que no continúa reproduciendose.
¿CÓMO PREVENIRLA?
Primer paso: repelentes
Es primordial mantener a nuestros peludos protegidos todo el año con repelentes efectivos: pipetas o collares antiparasitarios que protejan del flebotomo.
Cuando adquieras alguno de estos productos, asegúrate de que sean laboratorios reconocidos cuya efectividad esté demostrada para reducir todo lo posible el riesgo de picaduras.
Estos productos no dejan de ser repelentes, por lo que, incluso estando protegidos, podemos tener la mala suerte de que algún flebotomo pique a nuestra mascota. Por eso, es muy importante llevar a raja tabla el segundo paso.
Segundo paso: vacunación anual.
La medicina veterinaria continúa avanzando, por eso actualmente contamos con una vacuna muy efectiva contra la leishmaniosis canina, que se administra en una sola dosis anualmente.
De esta manera, en caso de contagio, el sistema inmune de la mascota estará más preparado para actuar:
Está indicada en perros de todas las razas y edades, ya que la posibilidad de reacciones adversas es casi nula.
Tercer paso: recomendaciones a tener en cuenta.
Para reducir el riesgo de picadura, podemos llevar a cabo algunas recomendaciones, al menos en la época de mayo/junio a septiembre: